Parece que tenemos la idea de que vivir de forma sostenible es muy caro. Nos imaginamos personas vestidas de arriba abajo con prendas de algodón orgánico que valen una pasta y conduciendo el último modelo de Tesla. Pero la mayoría de los mortales no nos encontramos dentro de esos estándares.
Lo que ya tienes no te cuesta nada
No hay nada más sostenible que alargar la vida de lo que ya poseemos. No necesitamos comprar ropa nueva de cáñamo si ya tenemos ropa con la que vestirnos y que aún está en buenas condiciones. Un apunte: lo que sí te pediría es que lavases la ropa sintética dentro de la bolsa Guppyfriend, ya que atrapa las microfibras evitando que lleguen al mar. Reutilizar lo que ya poseemos es el mejor modo de vivir una vida más sostenible.
También podemos ponernos creativos y buscar nuevos usos a lo que ya no nos sirve. Un macetero puede servirte de portalápices o una papelera como paragüero. ¡Imaginación al poder! Solo tienes que mirar los objetos con otros ojos.
Pero mi técnica favorita es el upcycling o suprareciclaje. Se trata de modificar algo considerado un desecho para transformarlo en algo útil y que nos cubra una necesidad. Así evitamos que ese desecho acabe en la basura y nos ahorramos comprar algo nuevo para cumplir esa función. ¿No es genial? Si quieres saber más sobre está técnica pásate a ver la entrevista que le hice a Marta Barberà de 2nd Funniest Thing. ¡No tiene desperdicio!
Compra de segunda mano
Cuando no podemos recurrir a lo anterior para cubrir una necesidad siempre podemos comprar de segunda mano. A mí me apasiona este tipo de mercado. ¡Se puede encontrar absolutamente de todo! Además, por suerte, cada vez hay más plataformas donde podemos comprar objetos usados. Incluso te los envían a casa si no tienes cerca ningún lugar donde poder encontrarlos.
Algo que me encanta es el cambio de mentalidad que se ha producido respecto a comprar de segunda mano. Antes era algo cutre, algo que solo compraban los que no se podían permitir algo nuevo. ¡Qué tontería! Por suerte esto está cambiando y ahora comprar algo usado mola. Puede ser muy divertido porque se encuentran auténticas maravillas. Y si te gusta lo vintage…no hay mejor mercado para ti.
Pero lo mejor de todo es que, como en el caso anterior, le damos una nueva vida a un objeto que, de otra forma, hubiera acabado en la basura, y evitamos que se fabrique un producto nuevo. Dejamos respirar al planeta, que falta le hace. 10 de 10, señores.
Compra productos sostenibles
Puede ser que lo que estemos buscando no lo encontremos de segunda mano o que no podamos fabricárnoslo nosotros mismos. En este caso es cuando yo recurro a comprarlo nuevo. Eso sí, siempre procuro comprar la versión más sostenible posible. No siempre se puede, pero lo intento.
Y esto no siempre implica que sea más caro. Por ejemplo, un estropajo deberíamos comprarlo nuevo (digo yo, vamos) pero podemos comprarlo de esparto, por ejemplo. Los estropajos convencionales están hechos de plástico y desprenden microplásticos que acaban en el mar cada vez que los usamos (este sería un ejemplo de algo de lo que desprenderse aunque le quede vida útil). Un estropajo de esparto cuesta 50 céntimos y va de maravilla. Ahí lo tienes: sostenible y barato. Se produce en España y se puede comportar al final de su vida útil. ¡Mejor imposible!
No siempre es así. En el caso de la ropa, por ejemplo, comprar una prenda sostenible es bastante más caro que comprar una prenda sintética low cost. Más caro para nuestro bolsillo, pero mucho más barato para el planeta. Piensa en cómo puedes pagar 5€ por una camiseta que ha tenido que recorrer kilómetros para llegar hasta a ti. De esos 5€ hay que pagar a las personas que han cultivado el algodón, las que lo han hilado, tejido y cosido, y las que lo han hecho llegar hasta la tienda. Además hay que sacar beneficios. A mí no me cuadra.
Cuando compramos estamos recompensando a la marca que ha fabricado ese producto. Le estamos diciendo que nos gusta lo que hace y que necesitamos sus productos. Está en tu mano decidir a quién quieres darle tu dinero. Sé que es muy costoso comprarse toda la ropa de producción orgánica pero, como te he dicho anteriormente, lo más sostenible es usar lo que ya tienes, así que ¡no hay excusas!
Simplemente, cuando tengas que comprarte algo nuevo, plantéate que sea sostenible. Tal vez sea más caro pero, además de las razones que te acabo de decir, si reutilizas las cosas que ya tienes y practicas el upcycling y compras lo que puedas de segunda mano, te habrás ahorrado mucho dinero que podrás invertir en este tipo de productos.
No compras con tu dinero, compras con tu tiempo
Así es. Vendes tu tiempo a cambio de un sueldo que te gastarás en comprar x cosas. Pregúntate si ese producto merece el tiempo invertido. Es muy sencillo. Puedes calcular el precio que cobras por hora de trabajo (aquí deberías meter el tiempo que inviertes en ir y volver del trabajo y el que inviertes en comer fuera si es que no te queda otra). Sabiendo esto es muy sencillo saber cuantas horas de tu tiempo cuesta cada producto o servicio que vas a comprar o consumir.
Y voy un paso más allá. Piensa en el tiempo y en el dinero que vas a gastar en mantener ese producto: limpiarlo, llevarlo a reparar si fuera necesario, el espacio que ocupa (te recuerdo que pagas por cada centímetro cuadrado de tu casa). Esto casi siempre se nos olvida porque es algo que tenemos interiorizado. Cuesta casi el mismo tiempo quitarle el polvo a un cuadro que a dos pero ¿y si no tuvieras ninguno? Reflexiona sobre ello e intenta calcular cuántas horas ganarías para poder disfrutarlas en lo que de verdad te gusta y no en limpiar o mantener ese objeto.
Me gustaría aprovechar para recomendarte el curso Finanzas claras de Lucía Terol, la creadora del sitio web Sencillez plena. Es un curso que te ayudará a organizar tu dinero de forma distinta, priorizando lo importante (si conoces a Lucía ya sabes de lo que hablo). Yo lo hice hace tiempo y me cambió la vida. Ahora puedo invertir mi dinero en lo que realmente es importante para mí.
¿Sigues pensando que vivir de forma sostenible es caro? ¡Cuéntame tu opinión en los comentarios!
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Nos escudamos muchas veces en lo «costoso» que es ser respetuosos con el medio ambiente… hasta que empiezas a dar pequeños pasos y te encuentras que hay más gente como tú y empezamos a hablar y a hacer y a actuar y nos damos cuenta de que es mentira, lo que es costoso es cambiar de mentalidad… es reconfortante sentirse acompañado en esta elección.
Me ha alegrado mucho leerte.
¡Y que no sea por no tener un Tesla, debe molar un montón!
«Lo que es costoso es cambiar de mentalidad». ¡Yo no podría haberlo dicho mejor! Realmente es cuestión de dar el primer paso, de echarse a andar y comenzar el camino; y en ese camino vas encontrando gente maravillosa que te acompaña y lo hace más interesante y bonito. El poder de la comunidad es tan importante…Parece que a veces nos olvidamos de que vivimos en sociedad. Muchas gracias por tu aportación Adriana 🙂 Sí, tener un Tesla tiene que ser lo más, jajaja