Cuando queremos empezar a llevar una vida más amigable con el medioambiente, uno de los pasos más sencillos que podemos llevar a cabo es pasarnos a la limpieza sostenible. Así evitaremos los productos tóxicos de los limpiadores comerciales, que no solo son perjudiciales para el planeta y los animales, sino también para nosotras y nuestras familias.

¿En qué consiste la limpieza sostenible?

Se entiende por limpieza sostenible aquella en la que no utilizamos productos tóxicos (porque química hay en todos lados, no lo olvidemos). Sustituiremos estos productos comerciales por otros que son más inocuos y naturales, evitando peligros y otros posibles desastres. 

Hay mucha fijación con matar todo “bicho viviente” en nuestras casas y convertirlas en lugares asépticos. Craso error. Muchas de estas bacterias son beneficiosas y eliminarlas puede ser contraproducente para nuestra salud.

Además, al utilizar estos productos comerciales, conseguimos crear resistencia a estas bacterias, por lo que cada vez necesitaríamos productos más potentes (y tóxicos) para poder eliminarlas.

¿Cuáles son los beneficios de la limpieza sostenible?

No dañan el medioambiente

Como he dicho anteriormente, son productos totalmente seguros y que no van a contaminar las aguas ni afectar a los ecosistemas ya que son de origen natural. Podemos usarlos sin miedo.

No son peligrosos

No suponen un peligro para la salud. Muchos se usan para cocinar, por lo que hasta los podríamos ingerir (tampoco te pongas ahora a hacer pruebas eh, jaja).

Esto no quiere decir que te los puedas tirar a los ojos, hay que tener cabeza, por no debes sufrir porque entren en contacto con tu piel o porque los inhales.

Son económicos y fáciles de conseguir

Los productos que te voy a nombrar a continuación puedes conseguirlos incluso en el supermercado (ya sabes que siempre es mejor apoyar al comercio local si tienes la oportunidad) y muchos cuestan menos de 1 o 2€ y duran muchísimo tiempo.

Siempre se dice que ser sostenible es más caro (te hablo sobre ello en este post). Éste es un claro ejemplo de que no es así.

Necesitas muy pocos productos

Aunque puedes hacer las combinaciones que quieras y tener un producto para cada rincón de la casa, lo bueno de los productos naturales es que son polivalentes y puedes usar prácticamente los mismos para todo. 

¡Se te va a quedar el armario de la limpieza súper despejado!

Mis productos favoritos para una limpieza sostenible

Estos son los productos que yo uso en mi día a día (puedes encontrarlos todos aquí). No tengo más. Hace años que los utilizo y estoy más que encantada.

Vinagre

Yo uso vinagre de manzana, no de limpieza (más ácido), entre otras cosas porque puedo comprarlo en bote de cristal. También puedes probar a hacerlo tú en casa (te dejo por aquí una receta).

Suelo diluirlo al 50% con agua, lo meto en un pulverizador y limpio prácticamente todo con él: los cristales, el baño, la cocina, los muebles… Donde hay que tener cuidado es en las superficies de mármol o granito, ya que les puede afectar el ácido. 

Para el suelo también me encanta. Un chorrito al cubo de agua y listo (si usas mopa también). Los suelos de madera quedan muy bien.

Otro uso del vinagre es como suavizan para la ropa. Pones un chorrito en la lavadora y te va a quedar bien suavecita (tranqui, que no olerá a ensalada).

Y siguiendo con la lavadora, cuando quieras limpiarla en profundidad, haz un lavado con agua caliente y vinagre, quedará reluciente y evitarás que la ropa salga con manchas.

Si te preocupa el olor, no sufras, desaparece en unos minutos. Pero si quieres darle un toque, puedes macerarlo con hierbas aromáticas o pieles de cítricos durante unas semanas para que se aromatice y su olor sea más agradable.

Jabón sólido

Es mi favorito. De hecho, podrías limpiar toda la casa solo con jabón: cristales, baños, cocina, muebles, suelos, vajilla…(también las superficies delicadas como el granito y el mármol).

¿Tiene que ser sólido? No, pero te ahorras dinero, espacio, y envases. Yo lo uso en formato sólido para fregar los platos y quitar las manchas de la ropa (frotas la mancha y dejas actuar unos minutos antes de meterlo en la lavadora). 

Si lo quiero líquido, solo tengo que pulverizarlo o rallarlo y mezclarlo con agua caliente hasta obtener la consistencia deseada. Me gusta este formato para la lavadora, ya que en polvo o escamas a veces se me ha apelmazado, ay que suelo lavar con agua fría.

Mi jabón sólido favorito es el de Marsella, ya que se puede usar para absolutamente todo, aunque a veces me animo y me hago el mío con aceite usado con esta receta.

Bicarbonato de sodio

Este es un producto estrella si quieres una limpieza más profunda.

Para mantener las sartenes como nuevas, puedes poner bicarbonato en la base (la parte que está en contacto con la fuente de calor) y rascar (no te preocupes, que no se rallará). Así evitaras que se vaya incrustando la suciedad y se vaya ennegreciendo.

Además, si queda algún resto de aceite en la sartén (recuerda no tirar nunca aceite por el desagüe ya que contamina muchísimo, échalo a una botella y lo que quede absórbelo con papel y tíralo a la basura) el bicarbonato lo absorberá y así no quedará esa sensación grasa una vez aclarada.

Si lo echas a las tuberías seguido de un buen chorro de vinagre y agua caliente, te ayudará a mantenerlas limpias de impurezas y a evitar atascos.

Para superficies en las que necesites una ayuda extra para desincrustar también va muy bien. Por ejemplo, en los fogones o en la vitrocerámica. Ese efecto “peeling” es muy útil.

Percarbonato de sodio

Me encanta. Es un blanqueante natural excelente. Añade un cacito al tambor de la lavadora cuando laves ropa blanca y ayudará a mantener el color.

Es el “agua oxigenada en polvo”. Cuando añades agua tiene un efecto efervescente que ayuda a arrancar la suciedad. Yo lo uso sobretodo para las manchas de sangre. Pongo un poco de percarbonato sobre la mancha húmeda, dejo actuar un par de minutos y froto con un cepillo si es necesario. Mano de santo.

Una vez, limpiando la ducha, eché percarbonato en la silicona de la bañera y pulvericé vinagre encima. Después de dejarlo actuar durante una hora la silicona volvió a ser blanca (una pasada).

Hay muchos más productos que puedes usar para una limpieza sostenible, como el ácido cítrico o el carbonato de sodio pero, como buena minimalista, me gusta tener pocos, los que realmente necesito y me funcionan.

Productos comerciales ecológicos

Si aún así quieres utilizar productos comerciales, puedes hacerlo sin problema. Es importante que te fijes en que contengan el sello Ecolabel para asegurarte de que cumplen las condiciones para ser productos sostenibles y ecológicos.

La Etiqueta Ecológica de la UE (Ecolabel) es un sistema fiable, transparente y no discriminatorio válido en toda la UE y en los países de la AELC (Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein).

El objetivo es promover productos que pueden reducir los efectos ambientales adversos, en comparación con otros productos de su misma categoría, contribuyendo así a un uso eficaz de los recursos y a un elevado nivel de protección del medio ambiente.

Mis utensilios favoritos para una limpieza sostenible

Además de los productos que te he nombrado, también uso estos utensilios para una limpieza más efectiva y rápida (y porque no voy a fregar los platos con la mano, claro). Todos estos utensilios puedes encontrarlos aquí.

Estropajo compostable

El día que descubrí los estropajos compostables se me abrió un mundo.

Empecé con los de luffa, una planta de la familia del calabacín, y me encantaron. El único inconveniente (para mi gusto) es que son muy blandos y a veces necesito que rasquen un poco más. Puede encontrarlos cortados tal cual de la planta o tejidos para que tengan una forma más de “estropajo”. Son una opción genial.

Mis favoritos son los de esparto. Al principio cuestan un poco de manejar porque son un “pegote”, pero en unos días ya se adaptan a cualquier forma. Lo mejor es que el esparto es más duro que la luffa y ya no me encuentro con el inconveniente que te he mencionado.

Hay estropajos de otros materiales, pero creo que estos son los que mejor funcionan y los más fáciles de conseguir.

Al final de su vida útil puedes comportarlos en casa o desecharlos con la fracción orgánica.

Cepillos compostables

Si quieres un extra para la vajilla, los cepillos son una opción genial. De hecho, es la opción que más me gusta para los cubiertos ya que las cerdas se meten en todas partes (sobretodo entre los dientes de los tenedores).

También tienes cepillos limpiabiberones para las botellas y cepillos para las ollas (rascan más que los estropajos, aunque sin dañar las superficies).

Pueden ser compostados.

Bayetas compostables

Otro gran descubrimiento. Por si aún no lo sabes, las bayetas de microfibra sueltan microplásticos cada vez que las usas, por lo que son muy contaminantes.

Pasarte a estas bayetas, compuestas por celulosa y algodón, es una mejora estupenda. Además absorben muchísimo líquido, por lo que no echarás de menos las otras.

Puedes usarlas como cualquier otra bayeta.

De nuevo, puedes compostarlas al final de su vida útil.

«Nana» de cobre

Si eres de las que usa “nana” te aconsejo que te pases al de cobre. Hace la misma función y va igual de bien que el de acero, pero no se oxida, por lo que te durará muchísimo tiempo.

El cobre es un material que puede reciclarse eternamente, pero recuerda llevarlo al punto limpio para que puedan darle otra vida.

Por supuesto hay otros utensilios que puedes usar pero, como te he dicho antes, yo me quedo con lo práctico y lo que realmente uso.

Espero haberte mostrado opciones que no conocías y que te animes a probar nuevos productos par hacer tu limpieza más sostenible.

¿Ya estás usando alguno de ellos? Cuéntamelo en comentarios 🙂